Jorge Bravo Cucci

Este 18 de enero Lima cumple 487 años de su fundación. Que este histórico aniversario, de la ciudad que me vio nacer, sea el motivo para una pausa a los temas técnicos que suelo abordar, y bajo el jacarandoso inicio de festividades, y el pretexto para comentar brevemente un error severo que veo reverberar en algunos compatriotas y hasta limeños; el escudo de armas de la ciudad.

Escoltando el escudo que lleva el latinajo «Hoc signum vere regum est» (que significa “Este es el verdadero signo de los reyes”), aparecen dos aves negras con relucientes coronas doradas. Algunos sostienen que, tales aves deben representar a los Coragyps atratus, habitantes eternos del panorama limeño, a los que más se les conoce como “Gallinazos”, y que planean en los grises cielos de la capital. Dicha interpretación no es históricamente correcta. El mencionado escudo, se adoptó oficialmente el 7 de diciembre de 1537, y representa al águila bicéfala que evoca a Carlos V, Rey de España al momento de fundación de la ciudad y emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Hay que recordar que, por su linaje, Carlos V pertenencia a la dinastía Habsburgo. El Águila Real era, sin lugar a dudas, el símbolo del poder del imperio romano, que con su división entre el Imperio Romano de Oriente y de Occidente, quedó reflejada en el Águila bicéfala.

Las tres coronas que aparecen en el centro del escudo representan a los tres reyes magos y la estrella en el medio, no es otra que la estrella de belén. La alegoría se justifica, sin duda alguna por la proximidad de la fundación al 6 de enero que es la bajada de reyes. Por eso a Lima se le llama la ciudad de los reyes, pues no sólo lleva la impronta del Rey Carlos V, sino la de los tres reyes magos y la del padre celestial.

¡Larga vida a la tres veces coronada ciudad de los reyes!